mayo 17, 2014

La portada perfecta para tu novela


¿Quién no se ha planteado esta cuestión un millón de veces? ¿Qué  autor no ha llegado a pensar en la portada soñada incluso después de la publicación de su novela?  Todos los escritores buscamos lo mejor para nuestra obra, la imagen que mejor represente nuestro escrito, la ilustración que se gane a los lectores, la carta de colores más apropiada para su contenido... 

Para mí, tras la elección del título, esta me parece  la  fase más complicada.  ¿Y a ti?

Sabemos que sobre gustos no hay nada escrito,  pero estaréis conmigo en que hay portadas que nos marcan a todos, me atrevería a decir, casi por igual. Portadas que enamoran, que llaman la atención, que despiertan nuestra curiosidad, que nos invitan a hojear su interior... 



Algunas de ellas son tan sencillas como una buena tipografía sobre un fondo de color, otras están elaboradas al máximo y otras  cuentan con ilustraciones llenas  de mimo;  pero si lo pensáis bien, eso no importa. Lo que realmente importa es que sepan transmitir un mensaje y, si es  posible, exactamente el mismo mensaje que queremos soltarle al mundo con nuestra novela. Casi nada, ¿eh? 

Si estás dispuesto a autopublicar tu novela, no deberías descuidar en absoluto la creación de la portada. Imagínate a ti mismo,  como lector,  en medio de una librería, ¿a qué libros te acercarías? Por  muy bonito que suene lo contrario, la portada   es decisiva, el libro (sobre todo si se desconoce al autor y la novela  en sí, se juzga  por sus tapas  la mayoría de las veces. Cuando se toma la decisión de publicar una novela por cuenta propia hay que acarrear con las consecuencias que toda una edición conlleva, y el diseño de  la portada es VITAL si quieres vender. Y, no nos engañemos, quieres vender. 

A lo largo de estos meses he recibido varias consultas  al correo preguntas sobre autoedición y casi todas  ellas versaban sobre temas muy diferentes a un buen diseño de cubiertas. Nadie, jamás, me ha preguntado por ello. Me resulta curioso  pues para mí,  como lectora, un buen diseño es decisivo para que me acerque a un libro que desconozco. Y no, no me vale la excusa de que al ser autoeditados no vamos a estar en las estanterías del Fnac, porque vamos a estar en las estanterías de Amazon y ahí tenemos que saber diferenciarnos del resto.


¿Cómo crear una buena portada para tu novela?



Solución 1: Contrata a un ilustrador o diseñador gráfico profesional. 

Ya sé que la  mayoría intentaréis ahorraros el máximo posible antes de lanzarla  al mercado, pero no perdáis de vista esta opción. Es  la  más útil,  rápida, eficiente y la que probablemente os dé más beneficios a largo plazo. Simplemente,  piensalo y consulta precios. Y recuerda que a veces, los ilustradores que están empezando, no tienen precios fijos.  Intenta llegar a un acuerdo (que no regateo) comercial  con ellos,  todos  somos personas y hablando nos entendemos.


Solución 2: Do it yourself.


La  portada de una novela es la primera impresión que se lleva el  lector de tus letras. Tiene que llamar la  atención y despertar curiosidad. Tiene que diferenciarse del resto de libros ofertados. Piensa en cómo sería tu portada soñada, cuáles son los objetivos que persigues con ella: Emocionar, conmover, desagradar, levantar pasiones, despertar el apetito... Y ahora con esas pretensiones en mente:
  1. Estudia el argumento: Si has preparado una propuesta editorial ya lo habrás hecho, pero si no,  es el  momento de plasmar en una hoja (como mucho por las dos caras) el argumento de tu novela. No hagas una sinopsis, resúmela. Se  escueto. Sintetiza. Ve  al grano y alza  la voz en las partes más álgidas de la  trama.
  2. Lluvia de ideas: Una vez tengamos estudiado el argumento, tenemos que intentar hacer una lluvia de ideas de qué es lo importante de nuestra novela, qué queremos destacar, qué queremos transmitir y cuál es el mejor mensaje para hacerlo. Así de simple, con palabras.
  3. Selecciona las tres ideas más importantes de esa lluvia y deja uno o dos días tu decisión en barbecho.
¿Por qué  dejarla al barbecho? Por si cambiamos de opinión. Tenemos el derecho de  cambiar de idea  antes  de su publicación,  así que apartad el trabajo unos días y tomad  la decisión fuera del torrente de creatividad que supone el  proceso anterior.

Si estás muy perdido, toma nota de estos trucos:
  • Analiza las portadas de otras novelas con un género similar.  No digo que tengas que seguir su misma  línea si no quieres,  pero es bien cierto que los lectores hemos asociado ciertas imágenes a cierto tipo de historias y, cuando eres un autor desconocido,  eso puede ayudar a atraer a tu público diana.
  • Ante la duda, apuesta por la sencillez. Sobre todo si no cuentas con la ayuda de un ilustrador o diseñador gráfico. En las portadas elaboradas es dónde más se puede notar la falta de  unas manos profesionales.
  • Inspírate en Pinterest. Escribe tu palabra clave en el buscador y toma inspiración. En mi búsqueda para la portada perfecta de Sin Licencia, mirad lo que he encontrado al escribir summer night CLIC.  Si conocéis la historia, sabréis lo mucho que me  están ayudando esas imágenes de cielo estrellado.

¿De dónde sacar las imágenes?

Una vez tengas decidido cómo va  a ser tu novela, lo más probable es que esta contenga alguna imagen. Si es así,  necesitarás recurrir a bancos de  imágenes gratuitos desde los que obtener fotografías libres de derechos. Si por un casual son gratuitas, pero no son libres de derechos, tu deber es mencionar en la primera  hoja de datos de la novela  (ahí,  sí.  Al  ladito de tu registro de propiedad intelectual del texto y antes del ISBN) de dónde la  has sacado y a quién pertenece. 

Bancos de imágenes gratuitas: Bancos de imágenes de pago, asequibles:

¿Cómo editar  las  imágenes?

Ten en cuenta que para que la portada de la novela destaque, no solo necesitas tener una buena imagen que transmita el mensaje, también tienes que elegir una buena tipografía acorde con la misma  y en una gama  de colores que le permita  distinguirse de la  imagen. Si el título y tu nombre de autor no se leen bien, es porque el diseño de portada no es bueno.  Así que ten mucho ojo con esto.

Puedes editar gratis tus imágenes en:
  • Photoshop: Si lo sabes manejar, aprovecha.
  • Paint:  Ese  programa de ordenador olvidado.  No lo subestimes.
  • Picmonkey: Sencillo e intuitivo
  • Pixlr:  Muy similar al  photoshop,  pero online.

Trucos:
  • Ante la duda,  apuesta por la sencillez. Es complicado que las tipografías enrevesadas queden bien, no te la juegues.
  • Si tu imagen seleccionada no cuenta con espacios blancos o colores claros donde insertar la tipografía, genéralos con banners o formas que sean acordes a la novela en un lugar de la  portada dónde  no incordien.

EJEMPLO


Y, para terminar,  como muestra un botón.  Os dejo un ejemplo rápido en cuatro sencillos  pasos.

  1. Argumento historia: Alma Marín se cree la última bruja. Su raza se ha ido extinguiendo con el paso de los años,  en gran parte,  por el desconocimiento de su propia condición. Vive sola, viajando por las ciudades  más  importantes del mundo en busca de alguien como ella, hasta que se da por vencida y se retira hacia una vida sencilla en un pueblo alejado de todo el bullicio que implica la globalización. Y lo que menos esperaba era encontrarse, entre los ecos del bosque,  la  voz de su destino. James London,  ese fantástico cazador que cuenta con poco más que su fama en esa aldea, luce la  misma chispa plateada que ella  al  fondo de su pupila.
  2. Ideas: Mujer, alta,  bosque,  niebla,  frío, piel blanca,  pelo rojo.
  3. Imagen: 
    Flickr:  Imagen gratuita. Derechos: Oleh Slobodeniuk

  4. Edición imagen:  Picmonkey


De nuevo, pido disculpas por haber tardado tanto en publicar. Nuestros trabajos han hecho que nos retrasemos esta semana y, por desgracia, Sedna está muy ocupada ahora mismo,  pero volverá. La  semana que viene programaremos de nuevo las entradas para los miércoles,  pero por ahora: ¿Qué os ha parecido esta entrada? Si tenéis alguna petición sobre algún tema en referencia a la autopublicación, dejadnos un comentario y la trataremos más  adelante.

mayo 08, 2014

Impresión de novelas



Imagino que os habréis dado cuenta, pero tanto Sedna como yo estamos liadas con el trabajo y hemos desplazado la publicación semanal  para los jueves.  Intentaremos recuperar los miércoles, pero esperamos que mientras nos volvemos a adaptar a los horarios  estos cambios no os supongan ningún problema. La entrada semanal sigue estando aquí, pero modificando el día.

Como sabéis,  las entradas de corrección y publicación se van alternando, lo que implica que cada mes aparezcan dos entradas de cada tipo.  El mes de abril, me dediqué exclusivamente a dejaros información para la  publicación por vía editorial, por ello este mes de mayo mis dos entradas irán exclusivamente para los que decidan autopublicarse.

Antes de  pasar a la entrada de hoy sobre dónde y cómo imprimir nuestras novelas, vamos a recapitular los pasos anteriores que un autor que desee autopublicarse debería dar:
  1. Terminar tu obra. 
  2. Contratar a un corrector profesional o conseguir lectores críticos para tu obra. Si elijes la segunda opción, ten en cuenta que los resultados nunca serán igual que al pasar por manos de profesionales, pero esperamos que estas entradas sobre corrección puedan ayudarte.
  3. Registro de tu obra como Propiedad Intelectual.
  4. Solicitud de ISBN.
  5. Solicitud de depósito legal.
Sé que muchos de los que leéis estáis pensando en autopublicaros en primer lugar en ebook. Es cierto que es una muy buena opción cuando no se cuenta con los recursos económicos necesarios para imprimir unos ejemplares por nuestra cuenta, pero también es cierto que hacer una presentación de tu novela publicada tan solo en formato electrónico, es algo un tanto extraño. Las presentaciones al uso suelen realizarse con los ejemplares en mano y con la intención, por parte de los lectores, de llevarse el libro de vuelta a casa con un garabato personalizado de su autor. Por supuesto, no quiero decir que no haya posibilidad de organizar una presentación de un libro electrónico, pero para los amantes de la literatura, para los que seguimos a algunos autores con cariño, esto es importante.

Como ya maticé, las posibilidades que aquí explico no son únicas. Que elijas autopublicarte en Amazon no significa que no puedas coger tus ejemplares, ir a una imprenta y solicitarles 10, 20 o 30 libros para realizar una presentación.  El problema es que acudir a imprentas pequeñas suele ser muy caro y contraproducente. La mayoría de ellas trabajan con planchas, lo que supone una labor tremenda de horas para unos ejemplares mínimos y eso nunca sale rentable. Y para las que ya se están modernizando y trabajan en digital, también les supone un gasto de tiempo y personal que se verá reflejado en el precio de nuestra factura. 

Generalmente, teniendo en cuenta que siempre habrá excepciones, las imprentas de nuestra ciudad o barrio nos darán unos precios igual o superiores a lo que debería ser el Precio de Venta al Público (P.V.P) final, con lo cual, no ganaremos nada o puede que incluso salgamos perdiendo.

Pero para los autores autopublicados no dejan de crecer otras opciones. Yo os voy a hablar de las dos que conozco y con las que he tenido experiencia. La primera opción es Bubok, lo utilicé para subir un relato escrito a 11 manos que fue el resultado de un taller de escritura que yo misma impartí en Avilés. Mi inversión fue 0€ pero todos los participantes, familiares e interesados pudieron comprar su ejemplar impreso. Con Printcolor realicé la impresión de Orquídea Blanca y los resultados fueron tan buenos que pienso confiar de ellos para su segunda y última parte.
  • Bubok: Si te das de alta en Bubok puedes solicitar impresión bajo demanda a un precio bastante económico. Si necesitas 1 solo ejemplar, ellos te lo imprimen. Si necesitas 200 también. A mayor cantidad, como es lógico, más económico te saldrá el servicio. Además, tu novela aparecerá en su catálogo y eso siempre implica que alguien fuera de tu círculo pueda llegar a ti. Aquí puedes hacerte una idea de lo que te costaría imprimir tus ejemplares, pero tienes que darte de alta como usuario.
    • Ventajas: No necesitas una gran inversión para llevarte unos cuántos ejemplares a tu casa y distribuirlos por librerías o hacer presentaciones. Y si tan solo los vendes en su librería virtual, no necesitas hacer ningún tipo de inversión, ellos lo imprimen  lo envían al lector directamente.
    • Inconvenientes: Bubok se lleva una buena comisión. No te cobran tan solo por la impresión de dichos ejemplares, te cobran unos euros más considerados su ganancia. Además, si haces alguna venta desde su librería virtual, también se llevarán una comisión y es más alta que la de Amazon. Otro inconveniente es que cobran gastos de envío.
  • Printcolor: Esta es mi favorita. Una imprenta catalana que se encargó de Orquídea Blanca. Libro I. Imprimen absolutamente de todo, y las novelas son una de sus especialidades. Como en cualquier lugar, cuantos más ejemplares pidas más baratos te saldrán cada uno de ellos. Puedes usar su calculadora de precios, sin darte de alta como usuario, y hacerte una idea. En mi caso, la impresión de una novela en tamaño A5, 300 páginas, portada laminado brillo, siendo 200 ejemplares, cada uno me salió más o menos por 4,50€.
    • Ventajas: El precio es tan solo por impresión, no se llevan ninguna comisión a parte. Los gastos de envío son gratuitos y, además, te envían un ejemplar gratuito antes de formalizar el pago para que veas los resultados y corrijas todos los problemas que consideres en la maquetación para que la impresión sea perfecta. Otro dato importante es que suelen tener muy buenas promociones, en el caso de Orquídea Blanca, por haber hecho un gasto superior a 600€ me regalaron 100 marcapáginas sencillos de la novela que yo pude ir regalando a los lectores. También debéis tener en cuenta que son rapidísimo, en cuestión de una semana (incluso menos, depende del volumen) tendréis los ejemplares en casa.
    • Inconvenientes: En cuanto a su trabajo y servicios, ninguno. 
Existen un millón de opciones más, pero no suelo hablar de lo que no conozco de primera mano, así que soy toda ojos para vuestras colaboraciones si tenéis algo nuevo que aportar. 

Aviso: Este blog, al menos a día de hoy, no se lleva comisión de ninguna empresa por publicitar sus servicios. Si os hacemos llegar esta información es porque la consideramos interesante, relevante y porque se basa en nuestra experiencia. Este NO es un post publicitario, es una opinión como consumidora que quiero compartir al considerarla un posible recurso.

mayo 01, 2014

La redundancia

El idioma español tiende en gran medida a lo que se conoce como redundancia o pleonasmo, que consiste en que en una oración se añade una palabra o expresión que no aporta nueva información, ya que su significado aparece en la oración; o, dicho de forma más llana, la redundancia es la repetición de una expresión o palabra con un significante (o forma) distinto en una misma oración. Las redundancias pueden ser más o menos visibles para las lectoras y lectores, y, de igual modo, para quienes escriben y su corrector o correctora. Digamos que hay pleonasmos que pasan más desapercibidos que otros. Un claro ejemplo de pleonasmo lo encontramos en numerosas ocasiones en la prensa a propósito de cuestiones políticas: «Los diputados aprobaron por total unanimidad la nueva ley». En este caso decir «total» cuando decimos «unanimidad» es caer en una redundancia, ya que el término «unanimidad» ya lleva intrínseco en él el significado de total.
Sin embargo, no todos los pleonasmos son incorrectos. El uso de la lengua ha hecho que ciertas expresiones del tipo «bajar abajo» resulten adecuadas. Obviamente en la oración «Baja abajo a tirar la basura» se repite la idea de bajar, pero, en este caso, estamos ante una redundancia correcta que no debe corregirse, o, al menos, no tiene por qué. Y, aunque no nos demos cuenta, esta clase de expresiones repetitivas abundan en nuestro idioma, aunque su repetido uso a lo largo de la historia de la lengua española ha hecho que estos enunciados nos resulten naturales.
De todas formas, es mayor el número de redundancias incorrectas que nos podemos encontrar como correctores y lectores, ya que a menudo los pleonasmos en los que caemos a la hora de escribir son muy sutiles y difícilmente detectables. Una lectura en la que podemos encontrarlos de forma fácil es, como ya he mencionado, en la prensa, y, sobre todo, en la relacionada a temas políticos. No sabría muy bien cuál es la razón, aunque supongo que las y los periodistas caen en estos errores en el afán de mostrar un lenguaje correcto y muy formal al mismo tiempo que pretende hacer llegar su mensaje a cualquier tipo de lector o lectora. Aunque, en realidad, cualquier persona puede caer en estos fallos del lenguaje, ya que, insisto, a veces pueden ser muy sutiles. Un ejemplo de esto es la doble negación, es decir, encontrar «no» y «tampoco» en un mismo enunciado, o en expresiones del tipo «período de tiempo», donde el término «período» ya hace referencia al tiempo.
Por otra parte, hay redundancias que, aunque no son errores en sí mismas, evitarlas ayuda a la elegancia del lenguaje. Por ejemplo, en expresiones como «querer manifestar», «opinar», «desear expresar», etc., evitar el uso del pronombre es preferible (mejor «opino que» en lugar de «yo opino que»). De igual modo, es más adecuado no utilizar el artículo determinado «un» cuando nos referimos a meses o años seguidos de la palabra «medio», por ejemplo, en el enunciado «Hace un año y medio que vive aquí» sería más correcto decir «Hace año y medio que vive aquí». Sin embargo, en estos casos la otra opción no es incorrecta, aunque, como digo, es preferible evitarla.

Y hasta aquí la entrada de esta semana. Tened mucho ojo con las sutiles redundancias. 

abril 23, 2014

A la caza de una editorial (2/2)


 ¡FELIZ DÍA DEL LIBRO, ESCRITORES!

Hoy es el día del libro, donde escritores y lectores estamos de celebración.  Seguro que en el  centro de vuestras ciudades (u otras cercanas) habrá ferias dedicadas  a  esto así que aprovechad para haceros con alguna oferta del libro deseado. Y no me olvido de Sant Jordi, día de rosas, cabelleros,  princesas, dragones y muchas letras.  Si estáis cerca y no vais corriendo a las casetas de los libreros de la zona no tenéis perdón.
Y después de las amenazas,  casi mejor entramos en materia...
Aviso  a  lectores: Este artículo está compuesto por dos entradas. Si quieres leer la  primera  parte pincha aquí.
¿Cómo se presenta la primavera? Si la astenia no os ataca,  estoy convencida que de que vuestras cabecitas de escritores se están agolpando milones de ideas nuevas, proyectos secretos,  iniciativas de publicación cercanas... Por eso creo que no hay mejor día que este soleado 23 de abril para continuar con nuestra caza de editoriales.

Fuente
En la entrada anterior os expliqué cómo dar esos primeros pasos de definición de la obra y búsqueda y estudio de editoriales. ¿Habéis hecho los deberes? ¿Os pareció complicado? Para mí fue un proceso bastante tedioso, pero una vez que tuve mis objetivos claros la búsqueda fue bastante sencilla. ¿Ya tenéis un listado de vuestras posibles editoriales? Os recuerdo que la editorial ideal no tiene por qué ser a la que más compráis,  la  que más  os atraiga,  la más  grande o la más famosa. Tenemos que elegir la más viable para nuestras posibilidades y que se ajuste a lo que necesitamos. 

Supongamos que soy autor novel y he escrito una novela sobre vampiros (Orquídea Blanca,  por ejemplo).  Mi elección es no contactar con Destino  porque aunque sea de mis favoritas, no creo que vayan a aceptar mi manuscrito y perderé tiempo y dinero en el proceso (eso de ir a África  para cazar una vaca lechera no tiene sentido. Será caro, cansino y me voy a desesperar fijo. Conociéndome, no querría volver a cazar en la vida), sino contactar con Kiwi porque lo veo más viable.

Clic para descargar Hoja registro

Bien,  pues coged vuestro listado y comencemos a trabajar con dos ejemplos:

  • Debemos  coger una hoja en blanco y dividirla en dos columnas. En la primera colocaremos aquellas editoriales que tengan requisitos en cuanto al envío de manuscritos; por ejemplo, Kiwi tiene su propia metodología . En la otra colocaremos aquellas que tengan condiciones genéricas; por ejemplo,  Oz Editorial.
  • Para las  editoriales con formas de envío específicas será  más sencillo porque solo nos tenemos que ajustar a lo que nos pida; aunque sí es cierto que suelen ser  métodos muy similares. En Kiwi nos piden:
    • Que la obra sea original, no haya estado publicada y tenga su propio registro en la Propiedad Intelectual. Como sabéis, en términos generales el registro no es obligatorio, pero si queremos trabajar con Kiwi  debemos hacerlo antes  (¿cómo registrar tu obra?)
    • Hay que enviarles la copia del registro, un resumen de la obra y el  manuscrito completo. Todo ello en .Doc o PDF.
  • Para las editoriales que no tengan condiciones específicas de envío, tendremos que prestar atención a si prefieren recibirlo por correo postal o electrónico (la mayoría será electrónico,  lo que supone un ahorro interesante) y siempre (¡SIEMPRE!) enviar una propuesta editorial y nunca el manuscrito completo (no mandes tu obra así, porque sí. No te arriesgues de esa manera porque no es necesario). Los pasos básicos de una propuesta editorial son:
    • Carta de presentación breve  (no más de 1 cara)
    • Curriculum literario
    • Datos de la novela
      • Título,  género
      • Resumen argumento general  (no una sinopsis,  sino resumen argumetal)
      • Público diana
      • Resumen sobre qué aporta  tu obra que no tengan las demás
    • Muestra de 15 a 20 páginas del  manuscrito
Lo más importante es que en cualquiera de los casos intentéis enviar el mínimo de archivos disponibles. Es lógico que el registro de  propiedad  intelectual vaya en un archivo propio, pero el resto de documentación puede englobarse en un mismo PDF y ser enviado las veces necesarias sin miedo a dejarnos ninguna documentación por el camino.

Ahora sí,  lo más importante de todo: HAY QUE ARMARSE DE PACIENCIA. Las editoriales suelen tardar de 3 a 6  meses en valorar los manuscritos. 
Si os apetece, en los comentarios podéis dejar vuestras  dudas sobre cómo crear estas propuestas editoriales. Agradezco mucho vuestros correos (son sinónimo de que este blog sirve de algo) pero estoy segura de que vuestras dudas puedan ser también las de otros escritores y así  las resolvemos de un plumazo. Si queréis pegar fragmentos de  vuestra  propuesta o resumen para que lo valoremos, no hay problema. ¡Sentiros libres de participar en abierto! 

abril 17, 2014

Otros problemas de redacción: vaguedad, empobrecimiento, oscuridad y anacolutos

Esta semana vamos a continuar con el frente abierto que dejé en mi última entrada de corrección, de forma que terminaré de exponer los problemas de redacción en los que todo el mundo puede caer en algún momento y con los que todo corrector o correctora se topará muy a menudo en su trabajo. Así pues hoy hablaré de la oscuridad en la redacción, de los anacolutos, de la vaguedad léxica y del empobrecimiento. Estad atentos, porque estos aspectos son los que diferencian un buen escrito de uno malo.
Comenzaré por los anacolutos, recurso estilístico que sirvió a nuestros clásicos de la literatura española en sus grandes obras, pero que hoy por hoy debemos evitar a toda costa. Un anacoluto es la unión de dos oraciones para crear una, que por separado están escritas de forma correcta, pero que al unirlas para formar solo una obtenemos un enunciado con una estructura sintáctica incorrecta. La sintaxis, como todo el mundo sabe en mayor o menor medida, es el conjunto de reglas que nos explican cómo debemos construir una oración de forma correcta. Por tanto, quien pretenda corregir un texto ha de estar muy atenta o atento a la sintaxis para solucionar este tipo de errores que son, como digo, más frecuentes de lo que creemos. Sin embargo, esta clase de errores pueden o deben pasarse por alto cuando el texto quiere reflejar un lenguaje coloquial, ya que los anacolutos están más vivos en nuestro lenguaje de lo que podemos pensar. Por ejemplo, si en una novela, un cuento o una obra teatral nos encontrásemos con que un personaje presenta uno o varios anacolutos en sus intervenciones tenemos que pensar hasta qué punto es o no un error de la autora o autor, o ha sido de forma pretendida para darle más realismo a su personaje. Esto solo lo podemos saber teniendo muy presente el tipo de obra, el estilo de la misma y a los personajes o el personaje en cuestión.

Otro de los fallos de redacción, en el que, en mi opinión y experiencia como correctora, más caen los escritores, es la vaguedad semántica. Pero, antes de nada, quisiera explicar que por semántica nos referimos al significado y al sentido de los términos y expresiones. Pues bien, en muchas ocasiones los escritores o escritoras saltan por alto cierta información que provoca la indeterminación semántica, es decir, de sentido o significado en una palabra o un enunciado. Y muy de la mano de la vaguedad nos encontramos con la oscuridad en la redacción, a la que también se la conoce como anfibología. La anfibología consiste en el uso de términos o expresiones que pueden tener un doble significado o que por cómo se han colocado sus elementos puede dar lugar a diversas interpretaciones. En ambos casos la solución siempre puede ser la reconstrucción del enunciado o el cambio de alguno de sus elementos por otro con un significado más preciso. Aunque en este caso, como en el anterior, debe tenerse en cuenta la intención del escritor o escritora. Todo buen corrector o correctora sabe que existe una regla en el proceso de corrección que está por encima de todas las demás: nunca ha de olvidarse el estilo y la intencionalidad de la autora o autor del texto que estamos corrigiendo. Así pues, si nos encontramos con alguna vaguedad léxica o con alguna anfibología debemos preguntarnos hasta qué punto es o no algo buscando por su autor o autora, ya que en muchas ocasiones son recursos pretendidos, bien porque son aspectos que se pretende desvelar a lo largo de la obra, bien porque quien ha escrito el texto considera que carecen de importancia y que este fallo más bien juega el papel de recurso, proporcionando cierto misterio a su escrito. Sin embargo, en estos casos también es tarea de quien corrige la obra ver si ha sido conseguido con maestría o, por el contrario, no ha sobrepasado la línea del error de redacción.

Para finalizar con la entrada de hoy voy a hablar del empobrecimiento, la última de estas faltas en la redacción que quedan por comentar y la que suele considerarse como la peor de todas ellas. El empobrecimiento suele entenderse como sinónimo de falta de cultura por parte de la autora o autor. Este se refleja en un escrito a través de un lenguaje monótono, repetitivo y pobre, en el que se usa un número muy limitado de sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios. Quien quiera ser una buena o un buen escritor debe no solo enriquecer su léxico, sino aprender a utilizarlo con propiedad. Esto es, sin duda alguna, lo que puede hacer que un texto sea de calidad o que carezca de interés, porque no podemos olvidar que una obra literaria no es simplemente lo que pretendemos expresar, sino también (y en muchos casos principalmente) cómo lo expresamos. 

abril 09, 2014

A la caza de una Editorial

Encontrar el título apropiado para este artículo me  ha costado un triunfo: ¿Por qué llamarlo "Búsqueda de Editorial" cuando quiero decir  "A la caza"? Esto es lo que pretendo, aunque suene políticamente incorrecto, y los que me  conocéis un mínimo sabéis que prefiero ser honesta que correcta. Aviso que, por no aburrir a las piedras, esta información la dividiré en dos entradas que se hagan más llevaderas.

Este miércoles comenzaremos a guiar el camino de aquellos autores que intenten ser publicados por editoriales, si tu objetivo es la autopublicación te recomiendo que aproveches el tiempo en otras tareas, aunque si quieres seguir leyendo e informarte serás  igual de bienvenido que los autores en búsqueda de editorial. Haceros con ropas cómodas, un sombrero que proteja nuestros sesos de ser achicharrados, botas amables con los pies y  buenos prismáticos.

Empieza la caza: ¿Preparados?

Si os pregunto por el primer paso, seguro que estaréis de acuerdo conmigo en que será algo así como hacer un plan. Pero antes, tenemos que tener claro entorno a qué desarrollaremos este plan. Tienes que tener claro cuál es tu objetivo antes de estudiar el mercado, de lo contrario malgastarás  fuerzas y economía. Si pensaras cazar un elefante, no te vendrías a la Cordillera Cantábrica en su busca, seguirías los pasos de nuestro monarca y te dejarías caer por alguna zona  de África. Es lógico... ¿no? Pues te sorprendería saber la cantidad de autores que por desconocimiento o poca experiencia, se compran un billete de ida y vuelta a África para hacerse con una vaca lechera. Y no tiene nada que ver con la inteligencia de la persona, sino con el terrible desconocimiento que todos tenemos sobre ciertos temas antes de lanzarnos a la piscina. 

Imagina que lo que pretendes es cazar, sin más,  solo cazar, pero que no sabes muy bien qué y que sabes que hay mogollón de gente que se pira a África y que algunos tienen suerte y vuelven con una presa. Lo primero que piensas es:  "Hombre,  pues si otros tuvieron suerte,  tengo que intentarlo yo..." Lo que yo te digo es: ¡Ni se te ocurra! Antes medita sobre qué clase de presa quieres, dónde piensas colocarla (tal vez en tu casa no haya sitio para elefantes,  pero sí para vacas lecheras) y qué beneficios a corto y largo plazo piensas obtener de ella.

La presa es,  nada más y nada menos, que tu relación con tu futura editorial. Tienes que tener claro qué esperas  de tu futura editorial  y qué  vas  a  ofrecerles a cambio de su trabajo. Así que, desde ahora mismo, quiero que te pongas a estudiar tu obra con los ojos de un comercial. Aunque no nos guste, aunque no nos apetezca, esos personajes a los que tú amas no serán más que un producto, será mejor que lo aceptes y tomes perspectiva antes de dar el siguiente paso. Para orientarte un poco, te propongo estas preguntas que deberás ser capaz de responder en una sola línea:


CUESTIONARIO AUTORES SOBRE SU OBRA

Puede que al principio te cueste hacer este ejercicio, pero te garantizo que darle las vueltas apropiadas para resumir tus respuestas te ayudará a conocer mucho mejor tu obra y saber ofrecerla en los términos que manejan las editoriales.

¿Ya lo tienes? ¿Qué clase de obra estás intentando vender? ¿Es chik-lit? ¿Es un libro de autoayuda?¿Está orientada a un público juvenil? ¿Es un ensayo científico? ¿Podría decirse que estás hablando de fantasía épica? Si puedes responder a preguntas como esas: Bien hecho. Ahora solo tienes que estudiar el listado de editoriales en España (listado de latinoamérica, aquí) seleccionando aquellas en cuyo catálogo se pueda incluir tu obra.


http://www.federacioneditores.org/Search/PDF/Generalidades2008.pdf
GENERALIDADES

http://www.federacioneditores.org/Search/PDF/LITERATURA.pdf
LITERATURA
http://www.federacioneditores.org/Search/PDF/INFANTIL_JUVENIL.pdf
INFANTIL Y JUVENIL

Como hice yo,  imagino que la  mayoría iréis a parar al segundo listado. Está bien, sobre todo porque es el más completo, pero como veis es un listado muy,  pero que muy largo.  El siguiente paso a seguir es hacer una selección de las editoriales en las que podéis estar interesados y la cantidad de editoriales me hace pensar que esta parte del trabajo os llevará varios días (si lo hacéis bien,  por supuesto).

Os recomiendo dar  relevancia tan solo a aquellas que tengan páginas web y seleccionar tan solo las que cumplan los requisitos de vuestra  presa (te recuerdo que la presa es la relación entre la función editorial y tu obra).  Para saber delimitar esa  presa,  os dejo un pequeño cuestionario para orientar un  la búsqueda.

CUESTIONARIO AUTORES SOBRE EDITORIALES



Sabiendo qué es lo que tienes y qué es lo que quieres, haz un listado con aquellas  editoriales que trabajan en su catálogo obras como la tuya y que cumplen con tus requisitos. Es decir, encuentra tu presa. Tienes 15 días para  hacerlo, porque el miércoles 23, te enseñaré a cazarla.

abril 02, 2014

Ambigüedades de la escritura

Uno de los mayores problemas que nos podemos encontrar en una redacción es el de la ambigüedad. Ciertamente hay muchos otros aspectos que dificultan la comprensión del contenido de un texto, pero, por mi parte, considero que este es uno de los más importantes y más complicados de detectar, sobre todo para quien escribe dicho texto, no así para quien lo corrige. Nuestros escritos pueden resultar ambiguos por muy diversos motivos: por la construcción de la oración, por el uso de algunas formas verbales, los pronombres, los gerundios o por utilizar términos con diversos significados que pueden dan lugar a equívocos.


Cuando nos disponemos a escribir o corregir algún texto debemos ser muy precavidos con el orden en el que están colocados los términos en cada oración, ya que un mismo enunciado puede ser interpretado de maneras distintas por la forma en que está construido. Así pues, no debemos olvidar lo que queremos transmitir y lo que realmente estamos diciendo según la disposición de los elementos en las oraciones. De esta forma, no es lo mismo decir: El perro callejero fue hallado maltratado por Juan, que decir: El perro, maltratado, fue encontrado por Juan. Como vemos, ambas frases tienen los mismos elementos pero dispuestos en distinto orden.
También puede darse el caso de que cuando utilicemos una forma verbal de un verbo caigamos en la ambigüedad si esa forma coincide con la de otro verbo distinto. Lo explicaré mejor con unos ejemplos haciendo uso de los verbos «creer» y «crear» que tienen algunas formas en común. ¿La oración «creamos en el taller de escritura» es una invitación a creer en el valor del taller o, por el contrario, se nos está diciendo que han creado textos en dicho taller?
De la misma manera hay ciertos pronombres que pueden dar lugar a errores de comprensión porque nos dejan dudas de a quién se refieren. Por ejemplo, «Juan cenó con Manuel en su casa» no nos deja claro en casa de quién cenaron, si en la de Juan o en la de Manuel. También podríamos poner como ejemplo «le compró bombones», con cuyo «le» podemos estar hablando de la persona para quien se los compró o de la persona encargada de venderlos.
Esto mismo puede ocurrir con el uso de los gerundios en algunos casos. De nuevo un ejemplo para demostrarlo, «ayer vi a Carlota yendo en coche», en este ejemplo nos queda la duda de quién iba en coche, si Carlota o la persona que la vio.
Y, finalmente, nos podemos encontrar con ambigüedades de tipo léxico, en cuyo caso el uso de un término que tiene diversas acepciones puede da lugar a error por no ser lo suficientemente clara la oración. Por ejemplo, en «han puesto un banco al lado de mi casa» no sabemos de qué tipo de banco se trata, si un banco para sentarse o una oficina de bancaria. Otro ejemplo sería «Antonio no pinta nada en su casa», ¿esto significa que Antonio no pinta las paredes o cuadros, o que su presencia carece de importancia en su propia casa?

Estos son los tipos de ambigüedades con los que nos podemos encontrar en un texto, pero ahora debemos saber qué podemos hacer para corregirlos. Pues bien, por regla general, en un escrito el contexto suele esclarecer muchas de las ambigüedades que aparecen a lo largo del mismo, sin embargo, si no es así, el primer paso que debemos hacer es comprobar la puntuación, ya que en muchos de los casos esta va a ser nuestra gran aliada, sin duda juega un papel primordial en la redacción y comprensión de una redacción, también podemos echar mano de sinónimos o expresiones equivalentes que no dejen lugar a dudas, o podemos aportar información que precise el significado de lo que queremos decir, y, además, hemos de comprobar y jugar con la colocación de los términos elegidos.